Pablo Iglesias era la punta de lanza, pero Juan Carlos Monedero, un personaje aún más soberbio y con un aspecto que siempre me pareció siniestro, cardaba la lana. Lo que no sabíamos era hasta qué punto: cientos de miles de euros extra ganados sin permiso de la universidad que cotiza por él, una empresa pantalla al más puro estilo empresario usurero y exageraciones en el currículum que le permite facturar esas cantidades. El resultado es que Twitter empieza a dar la espalda a Podemos, cuyo mayor pecado ha sido generar grandes expectativas y hacer una pésima gestión de ellas.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
