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A veces veo onces

Desde antes de que el 11 se convirtiese en un número maldito, me ocurre algo muy extraño: veo el 11 en todas partes y a todas horas. Miro el reloj y son las 11:11 o las 04:11, y así varias veces al día. Veo una matrícula de coche y allí está el 11. Y lo mismo en las señales de tráfico: en el entorno próximo a mi domicilio hay cuatro mojones del kilómetro 11 pertenecientes a cuatro carreteras diferentes. En los restaurantes me sientan en la mesa 11. Veo este número primo en todo donde hay dígitos. ¿Casualidades? Tal vez, pero son demasiadas, porque esto me sucede a diario durante más de una década. Indago en Google, que todo lo sabe, y constato que miles de personas, de los más variados países, cuentan con angustia la misma historia y buscan un significado mágico. Me pregunto si el presidente Rajoy es uno de los que a veces ven onces. Lleva mucho tiempo viendo el 11 en Cataluña y no le encuentra explicación, obsesionado con esa terca realidad.

Cuando el poder niega la realidad, recurre a la tele para reconstruirla a su antojo. Frente a la certeza de que la sociedad catalana reclama una consulta democrática, los gestores de la opinión pública han desarrollado un discurso sedante, siguiendo esta secuencia argumental: primero, los ciudadanos de Cataluña están manipulados y obedecen servilmente a sus líderes; segundo, más numerosos que quienes se unieron a la fiesta reivindicativa de la Diada son los que no salieron, la mayoría silenciosa; tercero, Artur Mas y Oriol Junqueras son el verdadero problema y no tanto los pobres catalanes ignorantes; y cuarto, la libertad catalana está deslegitimada de raíz por la corrupción de Jordi Pujol y su familia, una falacia que Gorka Landaburu esgrimió sin rubor intelectual en ETB.

La tele del viejo sistema está fracasando miserablemente en Cataluña, lo que viene a desmentir a quienes todavía creen en el poder modelador del medio. La tele, como la religión, es cada vez menos influyente. Las personas buscan mejores respuestas y ven otras cosas más curiosas, como yo el 11.