conforme se va acercando la cita mundialista Ángel María Villar, presidente de la RFEF, acrecienta su grado de inquietud. Se agita, y mientras acelera el paso se escucha un sonoro klink. Es la caja registradora de la Federación, que se abre y cierra compulsivamente visualizando el enorme negocio que gravita alrededor de la selección española, vigente campeona del mundo, que acude a Brasil'2014 con la difícil misión de reeditar el título, ahí es nada, y a lo mejor ganando a la canarinha en la final, y si tal acontecimiento sucede probablemente desencadenará otro Maracanazo, suceso futbolístico que en 1950 provocó una depresión de caballo entre la sociedad brasileña.

Pero toda esta crónica de triunfo, decepción, pasión o indiferencia está aún por escribir, y mientras tanto Villar alarga el paso, su séquito bulle de actividad y, ¡klink!, la caja registradora repiquetea sin cesar a costa de unos jugadores a préstamo sobre los cuales la RFEF ejerce un monopolio absoluto.

Consigue tanta pasta por publicidad y patrocinio que hace tiempo que la Federación renunció a la subvención del Consejo Superior de Deportes y lo que eso conlleva, es decir, auditar las cuentas y pormenorizar en qué gasta el dinero. Como saben, aprovechando un Europeo sub'19 en Finlandia en el año 2001 o el Mundial'2002 de Japón y Corea, por ejemplo, hubo directivos de la RFEF que se llevaron a sus familias en el lote para obsequiarlas con unos circuitos turísticos estupendos a costa del dinero federativo (y de todos), hasta que les pillaron y entonces renunciaron a la ayuda de la Administración, disfrazado el esquinazo de gesto de solidaridad, para no dar explicaciones a nadie.

Y la burra da mucha leche, al amparo de los últimos éxitos, y allí nada se sabe de crisis. El propio Vicente del Bosque se ha convertido en un hombre anuncio al amparo de los títulos y su bonhomía. Y qué tablas tiene. Sin embargo, conforme se acerca la fecha de dar el callo en Brasil, el marqués se está poniendo (algo) nervioso. Por un lado está la prensa, que necesita carnaza y polémica para alimentar su cotarro y le azuza, aunque Del Bosque huye despavorido de cualquier refriega y tiene suficiente cintura como para salirse por la tangente. Y por otro están las redes sociales, que hirvieron llamándole de todo en cuando dio a conocer la lista de 23 convocados para el Mundial y dejó fuera a Carvajal, Llorente o Navas, y en cambio mantuvo a Juanfran o Villa. Para más inri, la FIFA colgó en su página web una entrevista con el seleccionador español con preguntas de colegas suyos en la que manifiesta: "Les voy a decir una cosa: en este vestuario solo veo a un futbolista que mire con hambre (se refería a Koke). Y sin hambre no vamos a ganar nada", señaló en respuesta al alemán Jurgen Klinsmman, responsable técnico de Estados Unidos. Del Bosque, indignado, aclara ahora que aquella entrevista se la hicieron el pasado mes de diciembre, antes de jugar en Guinea Ecuatorial para mayor gloria y satisfacción de Teodoro Obiang, el siniestro dictador del lugar, y sonoridad ¡klink! de la caja registradora de la RFEF, que carece de escrúpulos y obvia las chorradas esas de los derechos humanos en cuando huele a dinero.

Así que los jugadores de la selección española (salvo Koke) están tan empachados de títulos, fama, patrimonio, honores y de jugar partidos de fútbol que no les cabe un balón en la barriga, y sabiendo esto, por Dios, cómo diantres no ha convocado a Fernando Llorente, con la ilusión y apetito que tiene el mozo, y mira que lo ha manifestado, y el disgusto gordo que se lleva, que para un rato, como ariete, igual servía, y en su defecto lo bien que luce su cuerpo serrano en las campañas publicitarias, ¡klink!, ni comparar.

Finalmente, Del Bosque también ha prescindido de Ander Iturraspe, lo cual le viene de perlas al Athletic para tenerle en forma ante la eliminatoria previa de la Champions. Iturraspe ya sabe que heredará la batuta de Xabi Alonso para la próxima cita, la Eurocopa'2016 de Francia.