áLVAREZ Izquierdo estuvo bien, en su línea. Digo esto porque así lo pienso. Ya avisé que no le gustan las protestas y las entradas intencionadas. Por eso se fue a la caseta el sevillano Diogo. Luego, amonestó a Muniain, aunque se equivocó, pues entendió que la protesta iba hacia él y, sin embargo, era para un jugador del equipo contrario. Le costó la amarilla, la quinta de la temporada, y no podrá jugar en Vallecas, lo que le vendrá bien para que descanse su dolorida espalda.

Apenas hubo jugadas muy discutibles y solo en el segundo tiempo. En el minuto 56, con buen criterio además, no pitó mano de San José cuando se giró dentro del área y el balón le golpeó en el brazo. Acertó al no señalar nada, pues la acción era totalmente involuntaria.

En mi opinión, aplicó siempre bien la ley de la ventaja y pitó algunas falta que, al ser reiteradas, en alguna ocasión le obligaron a amonestar a algunos jugadores del Sevilla.

Creo que la actitud de los futbolistas del Athletic con Álvarez Izquierdo fue fantástica en todo momento y así es como existe ese buen entendimiento en todos los partidos que les ha dirigido. Hasta aguantó al final unas palabras de Aduriz al portero del Sevilla que creo venían de atrás.