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Pello, te necesitamos

decir tu nombre, Pello Sarasola, es decir Euskal Telebista. Nadie en Euskadi sabe de televisión tanto como tú. Nadie la comprende, valora y ama más que tú, después de dejarte 25 años detrás de cada programa, cada etapa y cada plan estratégico que situase la radiotelevisión vasca en el centro de las preferencias de nuestra sociedad. Nadie entre nosotros ha estudiado con más ahínco los gustos de la gente y las razones objetivas y emocionales por las cuales una cadena audiovisual se convierte en la compañía inseparable de la familia o pierde su sentido. Nadie entiende mejor que tú la necesidad de encontrar el punto de equilibrio entre servicio público y rentabilidad y nadie ha sufrido el compromiso con el euskera e impulsado el pluralismo social, cultural y político de nuestro país. Nadie ha ido más lejos y prestado tanto apoyo como tú a proyectos innovadores que enriquecieran la identidad de ETB y la prestigiaran -a pesar de los políticos y el juego sucio de los poderosos grupos mediáticos rivales- dentro y fuera de Euskadi. Nadie ha luchado como tú por la singularidad de nuestra televisión, ese factor sin el cual sería como cualquier otra, una vulgar pantalla.

Y pudiendo haber sido más ambicioso y logrado mayores metas personales, te has mantenido siempre en un segundo plano, discretamente, quizás motivado por esa perspectiva que te proporciona tu vocación sociológica y el estudio de los comportamientos colectivos. Es imposible agradecerte tu empeño por la fortaleza informativa de ETB-2 hasta el punto de llevarla al liderazgo absoluto y por dotar a ETB-1 de una programación integral, anticipando lo que en un par de décadas ha de ser nuestra radiotelevisión pública, una realidad euskaldun. Te has tragado injusticias increíbles entre quienes todo era demasiado y los que todo les parecía poco. Tú eres artífice del modelo ETB.

Dejas temporalmente la tele para centrarte en la recuperación de tu salud. Esa es tu programación de ahora. Y la que más nos importa. Cúrate pronto, por favor. Más que nunca, te necesitamos.