PRIETO Iglesias estuvo simplemente regular en un partido muy trabado en el que no hubo jugadas conflictivas que le pudieran complicar el arbitraje. Solo comentar que en el minuto 36 el defensor del Elche Botía acude a despejar un balón con el pie en alto y choca aparatosamente con Laporte. A mi juicio, no existe penalti porque es más llamativa la acción del choque que la propia intención del jugador. Tampoco vi penalti en la segunda parte, cuando en el minuto 60 Aduriz le gana la posición a Botía. Es cierto que existe un forcejeo entre ambos en la lucha por el balón y que, como consecuencia, el delantero rojiblanco cae dentro del área, pero no existe infracción.

El colegiado navarro cumple su primera temporada en Primera División y lleva una curiosa media de cuatro tarjetas por partido. Esas mismas sacó ayer, como si las tuviera controladas. Fueron dos para cada equipo, pero aguantó demasiadas tarascadas de los jugadores del Elche, que se pasaron a la hora de medir la dureza de sus entradas en algunas jugadas del partido. Y, sin embargo, me resulta destacable la tarjeta amarilla que le sacó a Ander Herrera en una falta en la que le toca, después le suelta el brazo y tres metros más tarde es cuando el jugador del Elche se deja caer.

En líneas generales, los jugadores no le dieron guerra a Prieto Iglesias ni le provocaron en jugadas polémicas donde el colegiado podría haber aplicado alguna sanción de carácter disciplinar. Bien físicamente, buena colocación, en definitiva, sin problemas en un partido amable en el que solo estuvo regular.

Del encuentro de ayer también me gustaría destacar lo bien que actuó Aritz Aduriz pese a que los defensas del Elche le estuvieron marcando estrechamente, machacando con los codos y las rodillas y haciéndole numerosas faltas. Pero el delantero rojiblanco se controló bien y no se metió en jaleos para evitar que le sacaran amarilla ahora que acaba de volver de un partido de sanción que cumplió en el duelo ante el Getafe en San Mamés por acumulación de tarjetas.