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Sin margen de maniobra

Roto el acuerdo parlamentario entre López y Basagoiti, podrán ustedes, mis sufridos lectores, comprobar hasta qué punto cambia el criterio de los inquilinos de Ajuria Enea y Lakua cuando, obligados por las estadísticas, tienen que hacer frente a la segunda recesión de la economía vasca. Hasta hace unos meses se hacía un claro seguidismo de los recortes que firmaba Zapatero en el BOE por orden de la UE, el BCE o el FMI.

Ahora, sin margen de maniobra por la debilidad parlamentaria, los socialistas afirman que esas instituciones y el Gobierno de Mariano Rajoy son los culpables del escenario económico vasco, junto a las políticas "neoliberales" de Iñigo Urkullu y el PNV.

Por tanto, el guión victimista del Gobierno Vasco señala que, solos y con el único apoyo de sus 25 parlamentarios, hay que desarrollar la táctica propagandística del enemigo común confabulado contra los socialistas, que permite al consejero de Economía, Carlos Aguirre, acusar a Mariano Rajoy de la contracción que sufre la demanda interna en Euskadi. En opinión del consejero, "arrastra a Euskadi a la recesión". Unas declaraciones que llegan horas después de que el propio titular de Economía tratara de ser optimista al diagnosticar como "preocupante", pero "tranquilizadora" la situación de la economía vasca.

Por su parte, el ínclito Patxi López, no se cansa de repetir, antes y después de recortar 116 millones de euros destinados a partidas de inversión, que en tiempos de crisis no hay que eliminar "medidas de apoyo a la economía", para después ponerse el traje electoral (modelo mitin fin de semana) para cargar las tintas contra "los enfermos de nacionalismo", al tiempo que acusa a Iñigo Urkullu de defender "las mismas políticas neoliberales que Rajoy".

Vamos, algo así como si los socialistas encabezados por Zapatero en España y secundados por López en Euskadi no fueran los responsables de las medidas económicas neoliberales que les han llevado a la debacle del pasado 20 de noviembre.

¿A quién pretende engañar este señor que tiene en el debe de su trayectoria tres años de desgobierno? Tiene razón cuando dice que la sociedad vasca quiere soluciones, pero no quiere los palos al agua del desgobierno de quienes no saben lo que tienen que hacer y sólo hacen sólo lo que saben, que es muy poco y está dirigido a mantenerse en el sillón de Ajuria Enea.

Por ejemplo, López dice defender los intereses de Euskadi y, entre otras cosas, ahora quiere abanderar la política de inversión, cuando la deuda generada por este gobierno ha multiplicado por ocho la recibida por el anterior ejecutivo y no se ha destinado a la inversión porque buena parte de esa deuda se ha ido en gasto corriente.

Tampoco le importa prorrogar los presupuestos ante la imposibilidad de aprobar los de 2013, a sabiendas de que el próximo gobierno tendrá serias dificultades para desarrollar la política económica que corresponde a una situación de crisis como la actual.

Recordemos que los presupuestos para el presente ejercicio contemplan unas previsiones de ingresos que no se van a cumplir como consecuencia de la contracción económica que se registra ahora, pero que ya dejaba ver sus síntomas en el último trimestre de 2011, precisamente el periodo de tiempo en que las cuentas para 2012 fueron redactadas (octubre) y aprobadas (diciembre). Entonces, esas mentes tan preclaras no vieron lo que el resto del mundo anunciaba: una nueva recesión.

Abundando en el tema, hay que destacar las manifestaciones de López en las que afirma que "hemos dejado atrás los planes Ibarretxe y hemos hecho el mayor ejercicio de solidaridad de nuestra historia". Claro que si López se hubiera tomado la molestia de leer, aunque sólo fuera una vez, el tan traído y llevado Plan Ibarretxe, que en realidad era la Reforma del Estatuto de Autonomía, se hubiera dado cuenta que la mayor parte del texto proclamaba los conceptos necesarios para que la ciudadanía vasca, constituida por todos los que viven en Euskadi (principio de toda solidaridad), caminara con paso firme hacia la sociedad del conocimiento y la tecnología que hoy son exigibles para mantener un nivel de empleo y bienestar similar al de otros países europeos.

Sin embargo, López no sabe aceptar sus propios errores y, en consecuencia, culpa al resto del mundo de nuestros males, cuando en realidad está gobernando desde hace tres años. Sabemos que la crisis es muy compleja y que hay muchos culpables de la misma, pero lejos de buscar acuerdos y tomar medidas con las que estimular realmente la economía, se dedica a campañas de maquillaje y, cuando las cosas no salen bien, sigue buscando fuera ese "enemigo ajeno" a quien responsabilizar, antes que mirar hacia dentro, reflexionar, hacer autocrítica y tratar de salir del gobierno lo mejor posible.

Bien es cierto que todo ello requiere disciplina y responsabilidad. Cualidades que no están en el ADN de López, dispuesto a hipotecar el futuro de los vascos antes de reconocer que no tiene margen de maniobra para seguir gobernando.