las últimas bocanadas de este 2011 están siendo bastante clarificadoras de lo que podemos esperar durante el nuevo año en materia económica, financiera y laboral. Un panorama difícil y plagado de obstáculos en el que la gran mayoría de la sociedad vivirá amordazada por el miedo, los recortes y las reformas, mientras una minoría tendrá las manos libres para hacer aquello que más convenga a sus intereses. Y no creo que pensar y decir esto sea un ejercicio de pesimismo y catastrofismo, tal y como me comentaba hace unos días un buen amigo, sino un relato más acorde con los nuevos tiempos que nos toca vivir.

Ahí están, sin ir más lejos, las manos libres que tendrán las 523 entidades bancarias que esta semana pasada se han llevado 489.000 millones de euros en la subasta celebrada por el BCE, la primera que realiza para conceder préstamos amortizables en tres años a un interés del 1%, lo que les permitirá utilizar casi 300.000 millones en la refinanciación de los vencimientos que la banca tiene a siete días, tres meses y un año vista con unos tipos de interés más altos. Es decir, consiguen dinero para refinanciar la deuda a corto plazo y la sustituyen por otra a medio plazo (3 años) e interés más bajo (1%).

Con el capital sobrante, la banca bien podría abrir el grifo de los créditos a familias y empresas, lo que impulsaría un aumento del consumo y la inversión. Pero no hay que hacerse ilusiones, seguirán teniendo las manos libres para, por ejemplo, comprar deuda pública con una rentabilidad entre el 4 y 5%. Un negocio mucho más rentable que captar dinero y prestarlo a precios de mercado libre, al tiempo que incrementan sus avales para acudir a las subastas del BCE. Así que compran bonos soberanos, reciben rendimientos elevados y los descuentan ante el BCE para tomar dinero prestado al 1%, un fenómeno conocido como carry trade.

Y si alguien piensa que, gracias a estos recursos frescos y baratos, la subasta interbancaria diaria del Euribor va a seguir la senda marcada por el BCE que ha bajado medio punto porcentual el precio oficial del dinero (25 puntos básicos en noviembre y otros tantos en diciembre) pues también se equivoca, porque su evolución apenas refleja un descenso de una décima desde la media registrada en octubre (2,111%) a la provisional de este último mes (2,013%) lo que significa que cobran una décima menos que hace dos meses, mientras que pagan cinco décimas menos. Lo dicho, negocio redondo y manos libres para seguir marcando el ritmo de la doble moral financiera.

Fíjense, por ejemplo, en el presidente del BCE, Mario Draghi, declaraba, tras prestar ese descomunal dineral a la banca europea, que no sabe si esos bancos utilizarán el dinero para financiar directamente a familias y empresas (lo que definió como la opción deseable) o si los usarán para comprar deuda pública. Son palabras vacías. Un alarde de cinismo, porque Draghi era vicepresidente y uno de los máximos responsables de Goldman Sachs international en Europa, la compañía asesoró a Kostas Karamanlis, primer ministro de Grecia entre 2004 y 2009 sobre como ocultar la verdadera magnitud del déficit griego que provocó, en un evidente golpe de estado financiero, la caída de Papandreu cuando éste quiso consultar a la sociedad griega sobre los recortes y reformas exigidas para que les concedieran ayudas económicas.

Ahora, quien gobierna (¿) en el país heleno es Lucas Papademus, que fue responsable de las cuentas fraudulentas desde el cargo como gobernador del Banco de Grecia e, incluso, ha ocupado una de las vicepresidencias del BCE junto a Jean-Claude Trichet. Difícilmente cabe esperar que Papademus vaya a salirse del guión escrito desde la cúpula invisible del mercado financiero. Mientras tanto, en Italia, otro hombre de Goldman Sachs, Mario Monti, dirige los designios de la economía italiana con las manos libres otorgadas desde esas entidades financieras que han ocasionado la grave crisis que padecemos.

Y manos libres también para el nuevo Gobierno español, que las tendrá no sólo por la mayoría absoluta alcanzada en las elecciones del pasado 20 de noviembre, sino por un hecho que confirma el síndrome de la puerta giratoria, ya que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, presenta una carrera profesional de ida y vuelta. Fue Secretario de estado de Economía con el Gobierno de Aznar, después ocupó la vicepresidencia para Europa de Lehman Brothers y ahora se responsabilizará de la economía española y su competitividad. Blanco y en botella.

Estos son los mimbres con los que afrontar el próximo año. Profesionales de las finanzas ligados a entidades que han quebrado, mentido o estafado al frente de las políticas para sacar a Europa de la crisis. ¿Ustedes creen que Draghi, Papdemus, Monti o de Guindos piensan en el bienestar de la sociedad?