HAY días que no cambian nada y días que lo cambian todo. Días vacíos de novedades y días a rebosar de noticias para felicidad de los medios que viven de contar y comentar lo que acontece. La pasada semana ha sido una de las más densas del año, con la tele echando chispas: unas elecciones decisivas, un final de temporada futbolera de infarto, el conmocionante suceso de Strauss-Khan, las secuelas del terremoto de Lorca y, sobre todo, la insurrección de los indignados, el movimiento 15-M, difuso y confuso, pero significativo. Todo esto se ha notado en los telediarios y debates cuyo consumo ha aumentado considerablemente estos días. Viene bien esta agitación para imaginar que el mundo y nuestro entorno pueden transformarse en profundidad; pero la avalancha de noticias tiene sus riesgos y se llama infoxicación, "una intoxicación por exceso de información, que se traduce en una dificultad creciente para discriminar lo importante de lo superfluo y para seleccionar fuentes fiables de información" (Daniel Innerarity en La sociedad de la ignorancia). O sea, un cacao mental por empacho informativo.
La gente quiere saber, pero también entender. Y es difícil que tanta información en tan poco tiempo sea asimilable. Somos adictos a las novedades, razón por la que huimos de los análisis, salvo los muy superficiales y rápidos que convertimos en falso conocimiento. Paradójicamente, estamos bien informados, pero no nos enteramos de nada. ¿Cómo vamos a comprender la singular rebelión de los indignados sin bajarnos del vertiginoso ciclo de las noticias? Hace falta una tregua de serenidad y calma que no nos concedemos. Y así los hechos transcurren sin explicación, porque llegan otros nuevos que los caducan. A esta dinámica contribuye la tácita alianza entre las redes sociales y la tele, que ha permitido que la sublevación exprés de los cabreados con el sistema haya alcanzado su magnitud revolucionaria. Twitter convoca y la televisión lo expande. Solo espero que todo lo acaecido no refrende el viejo refrán: días de mucho, vísperas de nada.