Cuidar mata lentamente
Siempre es de agradecer que desde el Gobierno Vasco, se afirme que una sociedad que cuida es más justa y solidaria, que se reconozca que los cuidados recaen mayoritariamente sobre mujeres mayores de 45 años y que están trabajando para equilibrar el cuidado institucional y familiar junto con la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
Todo correcto, si no fuera porque el sistema de cuidados, sobre todo en la Tercera Edad, ha recaído por arte de las decisiones políticas en manos privadas, convirtiendo este sector en un gran negocio con agujero negro para la clase trabajadora. Los propios Servicios de Prevención de estas empresas, en sus evaluaciones de riesgos psicosociales ponen de manifiesto que las trabajadoras están enfermas por las cargas y sobrecargas que experimentan. Con este preocupante diagnóstico, solo queda instar al Gobierno y resto de instituciones competentes que investiguen, persigan y sancionen con multas contundentes y ejemplares a estas empresas que solo piensan en su beneficio económico. Y les doy una idea: hagan campaña institucional contra esto como contra el tabaco. Coloquen a la entrada de las residencias y viviendas comunitarias unos simples carteles con este eslogan: Cuidar puede afectar seriamente a la salud. Cuidar mata.
Seguro que cambian los hábitos y prácticas empresariales actuales.