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Cartas al director

Dignos de imitación

El pasado 13 de abril nos dejó Mario Vargas Llosa. Escritor que logró algunos de los premios más prestigiosos, como el Nobel de Literatura, el Cervantes y el Príncipe de Asturias. Elegido académico de la Real Academia Española en 1994 y habiendo tomado posesión en 1996, su dedicación, pasión y virtud en aras de enriquecer y preservar nuestra cultura fueron encomiables. El mundo de la Cultura despidió al escritor con mensajes de afecto y cariño, reconociendo su dantesca aportación, buen hacer y compromiso con las letras y literatura hispanoamericana. Lamentablemente, hay quienes no saben sujetarse y dan rienda suelta a su fanatismo incluso con el cuerpo del fallecido aún caliente. El día siguiente a la muerte de Mario Vargas Llosa, PACMA subió a sus redes sociales una publicación en la que juntó tres titulares del escritor en defensa de la cultura taurina y la tauromaquia. Como era de esperar, no tardaron los correligionarios en entrar al trapo e inmortalizar sus reacciones en desagradables y repulsivos comentarios ¿Cuál fue la actitud de miembros de la junta directiva nacional? ¿Tratar de pacificar o corregir la bajeza moral, faltas de respeto o salidas de tono? Pues no. Se echó más leña al fuego, sosteniendo que el fallecido “como humano no valía un duro”, normalizando que se celebre su muerte y deseando que “allá donde vaya le reciban con el inmenso amor que él profesaba a los toros” -empleando una retorcida ironía-. Sirva esta carta para reivindicar serenidad y templanza a las personas que están en posiciones de poder o influencia. Utilicen el estrado o los medios de comunicación de masas para generar belleza en nuestros entornos, compartiendo ideas y mensajes apoyados en los valores humanos universales. Por favor, compórtense, sean ejemplarizantes y dignos de imitación.

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