Por la corriente entra el demonio, decían la abuelas, cuando una corriente de aire campaba a sus anchas y azotaba el cuerpo de grandes y pequeños con el catarro o la gripe subsiguiente. También entonces había variadas corrientes ideológicas, pero de eso no se hablaba porque la corriente era común. La corriente enturbia la mente. El alcohol enturbia la mente. Pero, ¿a cuántos no beneficia este cambio? Desde potentados a artistas , pasando por políticos, religiosos y pensadores pagados y bien pagados por el capital y su propio ego. Membranas difíciles de aislar. El pensamiento y el arte tienen membranas imposibles de aclarar, porque en el plagio y la mentira siempre hay algo personal del personaje y es lo que confunde. Y la inteligencia intelectual nunca llegará ahí. La corriente se convierte en arte y oficio del dinero. Qué pena.