Toca despedirte, pero no sin antes reconocer todo lo que has significado para nosotros. Tu profesionalismo, dedicación y pasión han dejado una huella imborrable. Eres un ejemplo de compromiso y excelencia, alguien que siempre ha sabido dar lo mejor de sí, sin olvidar tu compromiso por los niños hospitalizados en tu otra casa: el Hospital de Basurto.
Además, con tu amor por el Athletic, nos has recordado lo que significa llevar esos colores con orgullo, defendiendo los valores de un equipo que es auténtico, valiente y único. Gracias por cada momento compartido, por tu generosidad y por hacer del Hospital un lugar mejor. Te llevas nuestro respeto. Empuja desde allí arriba a los jugadores y no dejes que nuestro Hospital de Basurto pierda su impronta. Mila esker.