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Cartas al director

Pobre ciencia

Pobre cienciaFreepik

No es nada nuevo en este país que la ciencia sea siempre o casi siempre la convidada pobre cuando toca ser reconocida y valorada en aquellos avances e investigaciones, que redundan para el bienestar de una sociedad moderna y avanzada (se supone que la nuestra). Pese a los avances y logros conseguidos de un tiempo a esta parte, seguimos todavía muy lejos de dar el reconocimiento y los medios económicos dignos a los investigadores e investigadoras. Ellos y ellas. 

Véase que centros punteros como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) se ve abocado a falta de medios económicos para desarrollar sus investigaciones, algo que sucede ya de largo. 

¿Falta de compromiso, pese a tener, al frente, a una reconocida científica? El Ministerio de Ciencia e Innovación ha recalcado su compromiso para dota rcon todos los instrumentos necesarios para seguir haciendo la mejor ciencia. Suena bien eso de instrumentos. Solo falta la mejor música, señora ministra. 

Veamos, igualmente, los ataques que otra vez, valga la redundancia, sufren nuestros científicos y científicas por publicar y divulgar sus conocimientos en revistas de prestigio o las redes sociales. Descalificaciones, ninguneo, amenazas personales -Cuidado con lo que publicas o divulgas-, algunos temas son tabú, para cierto publico (se lo pueden imaginar). 

Tampoco faltan los estereotipos de género en esto de divulgar ciencia. Muchas de las científicas son minusvaloradas frente a sus colegas masculinos. Siguen existiendo, por desgracia, categorías a la hora de valorar sus trabajos. Pobre ciencia. Cuánto y cuán largo camino te queda.