El beneficio que provoca la inflación en los monopolios y el alza de la recaudación al gobierno es “el milagro de los panes y los peces” y se corresponde con el perjuicio que provoca a la ciudadanía en el salario que les pagan los empresarios para quienes trabajan. Al subir los precios a consecuencia de la inflación, Hacienda recauda más simplemente porque las facturas crecen y por tanto, también el IVA. Los monopolios las repercuten de inmediato en sus precios de venta. Para ambos manipuladores de la economía es una bendición, aunque patronal y Hacienda pongan cara de circunstancias, ambos hablan de las excelencias de la libre competencia, pero no la practican, pues esa demagogia alimenta a la plebe a la que hay que “orientar” para que se ajusten a los principios del sistema que tanto alaban, pero solo perjudica la población. Este proceso general provoca beneficios extraordinarios “caídos del cielo” para accionistas, directivos y provoca el fenómeno de las “puertas giratorias” para los altos funcionarios que han contribuido a potenciar los monopolios. Mientras, la población del común tiene que optar entre pagar la hipoteca o pasar frío o calor según la época, por los precios que imponen los monopolios de la energía. O la alternativa del desahucio o simplemente, comer una vez al día un solo plato. Incluso quejarse, pero sin el coraje para amotinarse contra el poder. Mientras, gobierno y patronal con la colaboración de los sindicatos domesticados culpan a Putin y a la pandemia de la inflación. Pero con beneficios extraordinarios que se corresponden con la ruina y despido de la población y el gobierno publicando fake news e incentivando “panem et circenses”.