Después de este 28-M me siento extrañado por declaraciones del lehendakari en las que culpa de la baja participación en los comicios, entre otras causas, a la alta conflictividad laboral, en las que Euskadi es líder. Está bien que se lo cuestione él, ya que protagoniza papel importante en toda su amplia dimensión. Como gobernante, podría ofrecerse en condición de mediador en las negociaciones que suelen desembocar en esas protestas, pues actividades de su Gobierno como Sanidad, Educación y Seguridad llevan a las calles a más de un 60% de los protestantes. Recuerde no obstante, Sr. Urkullu, los momentos en que puede mostrarse orgulloso, al proclamar que en Euskadi poseemos la mayor renta salarial. Y me asalta la duda: no derivará en gran parte esto último de lo otro?
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