Estoy seguro de que mi opinión aparte de poco “sociabilizadora” es muy minoritaria, pero ahí va. Esa obsesión de estar poniendo Bilbao en el mapa cada dos por tres a base de eventos multitudinarios tiene una fuerte repercusión económica pero me da que molesta un montón. No seremos muchos, supongo, pero algunos quedamos por aquí a los que nos gusta la tranquilidad y a los que no nos molan demasiado los baños de masas a nivel mundial con sus efectos colaterales. Queda claro el retorno de pasta que suponen para hosteleros, gremios asociados y recaudadores de impuestos tales maxi eventos como el Tour, pero espero que esta vez el Botxo quede bien posicionado en el mapamundi no se nos vaya a caer. Más que nada para no tener que repetir. Y en otro rato que me expliquen dónde queda la palabra mágica de sostenibilidad en todo esto. Y si es sostenible pues a traer el próximo año la final de la Superbowl de USA. Por intentarlo que no quede. Por algo somos de Bilbao. ¿O éramos?