Macetas no

La famosa política foránea tan dicharachera que cada día nos deleita con una ocurrencia, como los viejos calendarios de taco, ha propuesto a sus fans aliviar el calentamiento global colocando una maceta en cada balcón. Esto que ha sido excelentemente acogido por los gremios de floristas y maceteros de Madrid, a mí francamente me da vergüenza ajena y más viniendo de la futura presidenta del Reino de España. Y repito lo de ajena. De hecho a mí semejante estupidez me provocó un calentón mental, como el que trae el viento sur, y me tuve que ir al microclima de Urkiola y sentarme en la hierba con la espalda apoyada en un haya para refrescar las ideas. Y allí mientras mascaba una hierba me dijo al oído un pajarito que no me llevara mal rato, que desde siempre los más tontos se empeñan en enseñarnos cosas y los más golfos en marcarnos líneas rojas. Se han lucido con esta campaña electoral sucia, bochornosa y antidemocrática. Sea lo que sea lo que entiendan por democracia la señora de las macetas y su ventrílocuo.