Yuval Noah Hariri hablaba de un golpe de estado desde arriba haciendo referencia a la situación actual de Israel, donde el nuevo Gobierno intenta a las duras y a las maduras hacerse con un poder cada vez más ilimitado. Comenta el historiador que los métodos en un inicio son de lo más ordinarios, pues a fin de cuentas es un gobierno legítimo proponiendo nuevas políticas. Sin embargo, a medida que la población es consciente de las intenciones políticas tras las propuestas, el golpe se tilda con mayor violencia bajo un sobrenombre de lo más ordinario, reforma legal por ejemplo. Entretanto el discurso de la sociedad israelí incorpora menciones a guerra civil en una situación en la que la desintegración de la cohesión social va en aumento y en la que se han abierto paso en las denuncias al gobierno segmentos del estamento militar israelí, que condenan, junto con figuras de la poderosa comunidad judía estadounidense, la peligrosa involución hacia el autoritarismo. De arriba o de abajo, con guerra al uso o sin ella el golpe se lo vuelven a llevar los mismos, pues semejante frenesí en la sociedad israelí, no se traduce en tregua para la sociedad palestina, que sigue siendo atacada de manera visible y directa, esta vez en Hawara.