Joziain
La literatura clásica rusa nos enseña que el vocablo joziain significa literalmente “amo y señor” utilizado como un término patrimonial para los zares. La guerra en Ucrania cumple un año y debemos colocar una vela en tan sangrienta tarta. Hoy día, el joziain es Joe Biden: amo y señor; un zar no en San Petersburgo ni Moscú, sino en Washington.
Vende a Europa gas, cereales y renueva su armamento. Utiliza a Ucrania como su siervo y la ingente cantidad de dinero que dedica a apoyar al régimen ucraniano no es gasto sino inversión que se cobrará hasta el último centavo y proporcionará gran cantidad de suculentos contratos al amigo americano.
Su títere, el caricato Zelensky, ansía convertir Ucrania en un protectorado del Tío Sam cuya capital a todos los efectos sea Washington y hace unos días ha recibido genuflexo a su señor.
La UE ha decidido desde el primer día prosternarse ante el Despacho Oval y empeñarnos por un país cuya corrupción está al nivel de Uganda; el escudero Borrell, trasunto del superhéroe Capitán América, junto con Ursula von der Leyen, convertida en Cat Woman, forman el binomio que arenga constantemente a los europeos con un énfasis sin parangón para que nos comprometamos con esta guerra de hoz y coz y para más inri paguemos la reconstrucción.
Dos pacifistas que cayeron ante la luz damascena y se han levantado con ardor guerrero emulando al Cid, empuñando la Colada y la Tizona. Nadie habla de armisticio, de acabar con tanto horror que nos abocará quién sabe a qué. “Paren el mundo, que me bajo”, Marx (Groucho) dixit.