De qué se extrañan, se asombran las llamadas gentes del fútbol al conocerse el caso Negreirate, que no solo afecta al Barcelona, sino al fútbol en general. Ya hemos olvidado aquellos maletines de fin de temporada, aquellos resultados extraños entre distintos equipos que daban y quitaban, aquellos regalos bienintencionados al estamento arbitral. Sabemos de jugadores y directivos procesados y condenados en distintos clubes, sabemos del caso Villar así como de la condena de alguno de los presidentes del Barcelona y Osasuna, de la entente entre el jugador Piqué y el presidente Rubiales; entonces ¿de qué extrañarnos o asombrarnos? Y esto puede ser solo la punta del iceberg ya que este deporte, cada vez más espectáculo, mueve muchos millones en todo el mundo y hay muchas manos que lo mangonean; que se lo pregunten a la UEFA y a la FIFA.