Ángeles blancos mareados, conscientes de que no son ángeles más que para algunos. El trueno descompuesto en flor diminuta. Consciente de que te convertirás en charco y barro en cuanto te pise la suela humana. Mientras tanto disfruta de los niños, (te pondrán nariz y ojos de zanahoria o palo), de su gozo, de su risa, de sus colores, de sus gritos de alegría, de sus padres, de sus abuelos y de la brisa, de las hojas secas y del viento. Que sepas que yo me siento bien contigo como con la gente que quiero. Te cuidaré, te ayudaré en lo que pueda, porque ya sabes que no depende solo de mí. Te advierto que también existe la maldad y aunque tú no te lo creas, existe, aunque vayan en esquí y sean guapos de serie. Vestidos y abrigados para que los demás los vean y se pavoneen del status. Ojo al parche, que no todo es trigo limpio. Pero que sepas que me siento bien contigo, como a la gente que quiero. Y en tu honor haremos churros con chocolate.