El señor Infantino, presidente de la FIFA, nos habla de doble moral e hipocresía de Occidente respecto a Catar. Razón, es posible no le falta, pero debía decir que a la recíproca también se produce de Oriente y por supuesto de Catar hacia Occidente.

Por otro lado nada nos cuenta y pasa de puntillas sobre los millones que ha costado la operación de este Mundial de fútbol tanto desde el punto de vista legal como ilegal, respecto a comisiones, sobornos varios, así como nada dijo de la “esclavitud” habida durante las obras faraónicas, del rechazo a la orientación sexual, de la discriminación que sufren las mujeres y de tantas otras cosas no muy claras respecto al evento hasta el extremo de que quienes entonces adjudicaron el mundial a Catar se han arrepentido de ello.

Hay que contar todo quedando claro que hay muchas sombras tras estos organismos y sus actuaciones, siempre es el momento de hablarlo y no callarlo señor Infantino. Lecciones solo puede darlas el que se hace acreedor a ello.