Hace meses, un amigo sufrió un accidente doméstico, golpeándose la rodilla violentamente. La contusión le causó un gran hematoma. Días después, en una reunión, el accidentado contó lo sucedido a otro amigo médico. "Me estoy dando una crema buenísima y aplico hielo continuamente, pero aun así no mejoro y no entiendo por qué". El médico, le pregunto cómo sucedió y escuchó, como hace siempre, atentamente su explicación. Examinó el hematoma y reflexionó unos instantes. Entonces, explicó al accidentado que hay diferentes tipos de golpes, unos requieren un tratamiento con frío y otros con calor. Su golpe requería calor y no frío. Además, la crema que se estaba aplicando agravaba más aún su estado. Le expendió una receta y le indico su posología. El accidentado le miró fijamente y dijo: "¿O sea, que la bata que llevas en tu trabajo no es de churrero, por cosas como esta?". Despreciamos los conocimientos adquiridos en una carrera profesional y pensamos que a golpe de clic aprendemos en un instante la sabiduría que a médicos, ingenieros, economistas y abogados les costó años de duro esfuerzo adquirir. Y no es así, ya lo dice el refrán: La ignorancia es atrevida.