Viviríamos en un mundo perfecto: Cumpliríamos a rajatabla con las normas contra el covid, beberíamos menos o nada de alcohol, no fumaríamos, no tomaríamos tanto el sol, comeríamos menos y más sano, contaminaríamos menos, disfrutaríamos más del arte y menos de lo banal, veríamos el mundo como una fraternidad y no como un conjunto de países enfrentados, seríamos gobernados por personas sensibles e inteligentes, no necesitaríamos tanto las drogas y la compañía de los demás para evadirnos y nos llevaríamos mejor con nosotros mismos... Pero no somos perfectos, somos humanos. Si los políticos fuesen perfectos... Sabrían que el resto de los humanos no lo somos.