Recientemente he leído un artículo escrito por una filóloga y lingüista mexicana, en el que señalaba que la gramática no tiene sexo, y que no es incluyente ni excluyente. Se refería a la reciente “moda” según ella, de desdoblar en masculino y en femenino algunas palabras, o utilizar tod@s, o como separar entre lenguaje sexista o inclusivo, aducía como argumento, que había sido promovida desde instituciones de gobierno u otras asociaciones, de igualdad de genero. Ciertamente últimamente igual se ha abusado del llamado lenguaje inclusivo y resulte “agotador” esto de estar siempre un poco atento en lo que se refiere al lenguaje inclusivo (véase por ejemplo, el déficit de academicas de la RAE). Desde mi humilde opinión y desde el respeto que me merecen unos argumentos tan bien fundamentados y máxime, por su condición de mujer, les diré que la igualdad hay que conseguirla desde todos los ángulos. Que hay miles de expresiones machistas y “movidas” machistas, que tenemos interiorizadas y que asumimos como normales. Y que creo, que no lo son.