(...) El GAL no es solo la sombra de Felipe González, que también; es un poco la de todos. Hay que abandonar el “… y tú más” y reconocer que todos estábamos en pañales, en la suprema ignorancia de la sacralidad de la vida. Rebuscar sí, pero si cada quien va por delante con sus errores y no sólo con los del otrora adversario. Remover la “cal viva”, desenterrar a los muertos para honrarlos de una vez por todas juntos en el mismo altar, sobre la tumba de nuestra inconsciencia.No sé si pinta ya mucho el craso error de los GAL en nuestros días, por más que un ejercicio de sinceramiento por parte de quienes urdieron la grave chapuza, ayudaría a una siempre pendiente catarsis colectiva. Por lo demás, tenemos tantos retos por delante, que no podemos emplearnos mucho ante el retrovisor. Quien esté libre de pecado, coja la pala y busque bajo todas las cales vivas; haga el historial de los mutuos agravios y dictamine balance. No perseguiría con saña al expresidente que todo apunta a que se manchó las manos, pero que también nos consolidó en democracia, nos hizo partícipes de la Unión de Estados más avanzados del planeta y procuró importantes progresos sociales. Como es arriba es abajo. Las luces y las sombras no se concitan sólo en los mandatarios... Hemos aprendido mucho y ya no queremos permanecer eternamente tirándonos de las orejas. El más prometedor mañana nos aguarda.