No sé por qué hoy me he fijado en la cantidad de colillas, papeles y porquerías que se ven por el suelo. Esta llamada de atención no va para el servicio de limpieza, sino para el ciudadano cochino que no cuida su ciudad ni enseña a sus hijos cómo cuidarla. Porque no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia o, al menos, el que intenta no ensuciar.