Ya hace casi un mes que la política ha sufrido alteraciones: socialmente advierto cambios; políticamente advierto rencor y mala uva; emocionalmente, el país se siente bien, ha descubierto algo que antes no veía, que antes solo soñaba, y existe, existe de verdad y se llama felicidad. Los medios de comunicación la conocen y tratan de ponerle freno para no sucumbir ante sus proposiciones. Qué razón tienen los que dicen: ¿sabes lo que digo o lo intuyes? ¿Percibes qué doble fondo tienen mis palabras? ¿Qué doble sentido guardan mis proposiciones? Si así es, es que has descubierto la piedra filosofal que mueve la política. No puedo seguir, mostrándome insensible ante lo que sucede, debo releer la prensa, saber qué dice, analizar sus palabras, traducirlas, tengo ganas de escribir pero quiero hacerlo con sentido, quiero de verdad transmitir, no solo pensar, pensar y escribir aquello que sucede a nuestro alrededor. Qué poco tiempo ha pasado... Que dure mucho esta sensación, que la izquierda sepa abonar el día a día de la política sembrando paz, concordia e ilusión.