Quien avisa no es traidor; Donald Trump advirtió de que el ataque a su embajada en Irak no iba quedar sin castigo. Dicho y hecho. En pocos días EE.UU. ha eliminado al general iraní Soleimaní y a un líder chií iraquí que lidera las milicias proiraníes en Irak. Supone un claro guiño a los intereses saudíes e israelíes, temerosos de la influencia persa en la zona; Irán es una auténtica potencia regional. En función del miedo a una guerra generalizada que tenga el régimen de los Ayatolas, así será su respuesta. Rusia está apoyando al régimen sirio en contra de los intereses saudíes, por el contrario en Libia coopera con saudíes y Emiratos en contra de Turquía, quien ha anunciado esta semana el envió de tropas. La región de Oriente Medio hace tiempo que no está tan convulsa. Un entendimiento entre Rusia y EE.UU. beneficiaría a región, ya que cortaría las alas a Irán y Turquía. De lo contrario comenzaremos una espiral de conflictos asimétricos que quizá deriven en una guerra generalizada. EE.UU. ya no es el único jugador en la región, Rusia tiene desplegados miles de soldados o "contratistas" en toda la región.