Llevo 14 años viviendo en la calle Cortes, y quiero denunciar, con preocupación, el enorme deterioro social y el incremento de la inseguridad que ha sufrido la zona en los últimos meses. Solo un ejemplo de ello es lo que está pasando en la plazoleta y parque infantil sito en la mitad de Cortes, junto a la Plaza de la Cantera, habitualmente lleno de madres y niños de todas las etnias que de un tiempo a esta parte se ven obligados a compartir espacio con personas en claro estado de embriaguez cuando no con síndrome de abstinencia, además de rateros y trapicheros varios, con todo lo que ello supone. De hecho, raro es el día en que esos niños y niñas no son testigos de reyertasy peleas, verbales y físicas, o que los vecinos de los alrededores no somos despertados por gritos y alaridos en mitad de la noche.

Es un punto conflictivo claro. La policía municipal y/o Ertzaintza acuden cuando se les llama, con más o menos premura y contundencia, pero al día siguiente todo sigue igual.

Entiendo que el problema que sufre esta zona de Bilbao no se soluciona exclusivamente con medidas policiales -hay que implementar más ayudas sociales, hay que invertir en educación y cultura, hay que empoderar y organizar a toda la gente de bien que allí reside- pero dejar de vivir con miedo es algo básico para que los esfuerzos de estas dos últimas décadas a nivel urbanístico y social realizados en el barrio no hayan sido en balde.

De hecho, muchas/os nos estamos planteando seriamente “emigrar” a otras zonas de Bilbao. Y creo que tanto el consistorio bilbaíno como el Departamento de Interior tienen una responsabilidad clara en todo ello.