Callejear es una manera y forma como cualquier otra de llenar la bolsa o maleta de los hechos, acontecimientos, ideas y ocurrencias que suceden en el día a día y que uno lee, escucha o ve, mientras va por la calle paseando, observando, midiendo y verificando. Menuda racha que llevamos últimamente, nos hemos quedado compuestos y sin novio en el ejecutivo español, el padrino Iglesias quería más, o el novio no estaba muy convencido de tal enlace. Luego estaban los invitados, como invitados de piedra, inamovibles y sin pestañear, con su negativa a formar parte de la banda que coreaban las tres derechas. Menudo panorama nos espera, llega agosto y con sus suculentos sueldos cobrados por no hacer nada, más que estropear los fundamentos de la democracia, los políticos; se irán de vacaciones, quedará alguno de guarda y verán llegar a los miembros del G-7 a Biarritz entre los días 24 y 26 de agosto a seguir gobernando el mundo. Tal vez el señor Iglesias y el señor Sánchez debieran acercarse un momento a dicha cumbre de Biarritz, a pedir consejo y mendigar un apaño político para que en septiembre resucite sin polvo y paja el nuevo orden constitucional español y tengamos gobierno nacional de una vez por todas. Ojalá este G-7 traiga lucidez a nuestros políticos porque vamos aviados con esta tropa de políticos sin galones.