Estoy conforme en que en la escuela, el colegio, la ikastola el instituto y en la familia y en la universidad hay que procurar educar bien en todo lo que se pueda o podamos, para que los futuros ciudadanos valgan para todo. Que tengan trabajo, que lean libros, tengan una correcta educación sexual sin machismo, que se controlen en internet y que no hagan bullying, que cuenten lo bueno y lo malo con confianza donde deben, que aprecien la huerta escolar, que promocionen el euskera y la Korrika y el deporte sano sin violencia, que obedezcan a quien deban, que no tengan odio y, por supuesto, las diez (más o menos) asignaturas regladas. En fin. Que si luego hay actividades extraescolares, como judo, fútbol, béisbol, pintura, gimnasio, visitas culturales, conferencias... igual es ya demasiado, digo yo.