Más allá de mi sorpresa por la repentina aparición de Josu Urrutia en un formato periodístico que ha rechazado siempre como presidente y solo ha utilizado como candidato en su beneficio personal, me preocupa la sensación que transmite de desconfianza y las críticas que lanza hacia los socios que fueron elegidos en las urnas para representarnos durante cuatro años. Espero que no sea una señal de frentismo, sino la simple decisión de hacer una reflexión en voz alta para expresar un dolor por no poder manejar ya el Athletic a su manera, que fue notable en lo deportivo aunque dejase al equipo en descenso en pleno proceso y con un San Mamés alicaído que nada tiene que ver con el actual. Le he escuchado hacer continuas reflexiones de que había que ver siempre la botella medio llena en el Athletic. Lamento que nada de lo que hayan hecho los anteriores presidentes, a quienes no cita en momento alguno en la entrevista, ni por supuesto Aitor Elizegi, cuyo nombre y apellido no aparece en preguntas ni respuestas en las tres páginas, sea digno de destacar. Habla de exposición como si fuese algo negativo. Creo que representar al Athletic por las peñas, en los organismos del fútbol y donde le requieran no es un defecto, sino una virtud. Echar leña al fuego sobre el asunto Susaeta y tildar de premio la renovación in extremis de Balenziaga y De Marcos, haciendo un flaco favor a estos dos futbolistas, me ha dejado perplejo. Siempre le he admirado como estandarte del Athletic, aunque tengo la extraña sensación de que no está dispuesto a alegrarse si al club, como deseo, le van las cosas bien en los próximos años. Ojalá le vea aplaudiendo algún gol este año en la grada. Y es que siempre le ha gustado el Athletic unido, como una cuadrilla como repite Aduriz. Desde luego, ahora se puede ver a los expresidentes cerrando filas en torno al actual. Tome nota.