Hace años recuerdo escuchar a menudo esta frase: “Eres mas tonto que un obrero de derechas”. Actualmente en un mundo con chocolate sin azúcar y chorizo light se debe usar la misma frase, pero cambiando el sujeto y la tendencia política, ya que continuamente encuentro profesionales liberales, abogados, médicos e incluso empresarios, en situación acomodada que comulgan y promueven ideas de la izquierda radical. El culmen ha sido esta semana cuando un amigo se ha proclamado anarquista. El tal anarquista dispone de dos vehículos de alta gama y vive en una exclusiva urbanización, en una casa unifamiliar con piscina propia. Durruti aún se revuelve en su tumba. Pero gracias a mi amigo, he comprendido por qué el descalabro del partido morado no ha sido mayor en las ultimas elecciones. La mayoría de sus más fieles votantes no son esforzados obreros, sino acomodados burgueses, que acallan sus conciencias votando al partido republicano. Este partido cumple una importante labor social al dar sosiego a esas almas inquietas y es por ello, para estar más cercano a ellos y comprender sus inquietudes, por lo que su líder se ha mudado a un chalé.