En los debates en la televisión pública y privada de abril, me sorprendió una cosa, que supongo a nadie pasó desapercibida. Debatieron solo cuatro hombres y ninguna mujer y, esto, a estas alturas de nuestra historia democrática.

Hombres solo, ninguna mujer. Eso es raro porque aunque en nuestra política hay muchísimas mujeres, da la impresión de que lo importante es masculino solamente. Ha habido en Inglaterra, y en muchos otros lugares, mujeres como presidentas de Gobierno. Y en Estados Unidos también se ha vivido esa evolución, a otro nivel. Por fin, en las anteriores elecciones presidenciales anteriores a Donald Trump, aunque no era una mujer, ganó un hombre negro y tuvieron un presidente muy digno, que lo hizo bien cuando le dejaron.