El título es un remedo de la película clásica El Congreso se divierte. Recientemente, el Senado ha aprobado una moción presentada por el PP en la que se insta al Gobierno a que no se transfieran las competencias acordadas a la CAPV y Nafarroa. Conviene señalar que están amparadas por la legislación vigente. Es decir: el Senado ha votado y aprobado incumplir la Constitución a la que tanto se apela para acreditar que somos un estado de derecho. Además de ser un acto nulo de pleno derecho, el Tribunal Constitucional debería tomar cartas en el asunto por si se hubiera cometido algún delito y tuvieran que derivarse responsabilidades como las que se están sustanciando en estos momentos en el Supremo contra los líderes catalanes convocando un referéndum para autodeterminarse. La tesis del instructor, Llarena, les acusa de todos los delitos imaginables, por ello, que el órgano de representación territorial de los españoles incite al ejecutivo a incumplir la Constitución debería obligar a investigar al grupo del PP por presentar una moción contraria a la ley. También debería interpelarse al presidente del Senado por admitir dicha moción a trámite ya que, basándose en su mayoría absoluta, se ha aprobado tal ilegalidad. No parece que los letrados de Las Cortes le hayan prestado mayor atención, pues le han otorgado un tono de ocurrencia para que sus señorías tengan en qué ocupar sus ratos de ocio en este órgano que parece que no tiene definidas sus funciones. Pues ya saben los vascos: a pesar de llevar 40 años negociando y esperando que el Estatuto Vasco se complete según establece la Constitución, deberían pensar si a pesar de la broma no sería preferible aceptar lo que ya tenemos y rogar a la Virgen que nos quedemos como estamos. O recurrir al Supremo para tener paso franco para apelar al TEDH.