No extraña en absoluto que un juez capaz de emitir un voto particular con expresiones tan aberrantes, hirientes y humillantes se muestre tranquilo. Podría Ricardo González haberse limitado a emitir un voto discrepante motivado, pero esa tranquilidad de conciencia, sin duda, le llevó a permitirse publicar un relato pseudopornográfico y, de paso, someter a la víctima de la violencia física de cinco hombres a otro torrente o jolgorio de violencia verbal. ¡Qué pena!
- Multimedia
- Servicios
- Participación
