Creatividad y futuro

La creatividad surge del individuo, que aporta sus dones y talentos al colectivo para su propio beneficio y el de todos. La gratificación para el que aporta su granito de arena no solo es material, sino especialmente anímica. Todos somos artistas, de una u otra manera, y alimentar el autoconocimiento desde la escuela y nuestra creatividad es una labor de primer orden, fundamental, troncal, en la estructuración de la nueva sociedad. Una sociedad que se construye antes de nada desde lo individual, desde la base. Sin menospreciar los intentos para promocionar la creatividad empresarial (como el B-Venture del otro día en el Euskaduna), quiero indicar que la educación en el autoconocimiento y en el valor de la colaboración es cuestión previa, a priorizar sobre cualquier otra cuestión si queremos enfocar un futuro no contaminado y sometido, sin discusión ni debate, a la competitividad y el lucro personal, que sí han aportado desarrollo material, pero han creado infinitos desajustes, personales, familiares y sociales.