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El Papa, Catalunya y Escocia

El pasado 27 de junio, el Papa Francisco se refirió a Catalunya y Escocia para alertar de los “aires de división” que hay en Europa, al ser inquirido por una posible desintegración de la Unión Europea. El Sumo Pontífice señaló, ante periodistas durante su viaje de regreso de Armenia a Roma, que “la guerra ya está en Europa ante estas divisiones”, que “no digo sean peligrosas, pero digo que debemos estudiarlas bien y, antes

de dar un paso adelante para una división, hablar bien entre nosotros y buscar soluciones viables”. Estas declaraciones de Jorge Mario Bergoglio chocan frontalmente con las de Karol Józef Wojtyla, Juan Pablo II, quien ante la ONU el 5 de octubre de 1995, proclamó lo siguiente: “Toda nación tiene el derecho a existir y ningún Estado, ninguna nación, ni organización internacional, puede pensar que una nación no sea digna de existir y ese derecho no exige necesariamente una soberanía estatal”. Parece que en asuntos autodeterministas la Iglesia y su Sumo Pontífice han involucionado en estos 21 años que han transcurrido desde lo que manifestó el Papa Wojtyla hasta lo expresado la semana pasada por el Papa Bergoglio.