El PP ha ganado las elecciones. Después del varapalo que esperaban darle el resto de los partidos ha salido indemne y mucho de ello se debe a la figura de Mariano Rajoy que, fumándose un puro, espera tranquilo a que los demás vayan cayendo a su alrededor. Mariano Rajoy es una figura digna de análisis y estudio para darnos cuenta que muchas veces, o la mayoría de las veces, los problemas se arreglan solos. No hay que hacer nada, solo dejar pasar el tiempo. Ahora toca ponerse de acuerdo y, seguramente, Mariano Rajoy esperará a que alguien sacuda el árbol de los votos para ver caer los frutos. Mientras, él sentado a la sombra esperará que alguno de sus amigos revise el campo, limpie la hojarasca y le recoja los frutos sanos con los que poder componer el frutero que exponer en el Palacio del Congreso. Visto está que a la gran macedonia que podrían preparar los partidos pequeños -ERC y alguno más con PSOE y Podemos- le faltaría el licor necesario para dar con un buen buqué, necesario para ser apetecible a los ciudadanos. Así que, señoras y señores, debemos conformarnos con el PP de reserva y algún partido afrutado que le dé cierto sabor y con alguno más de la solera de siempre como PNV o la antigua CiU. Ahora ya solo toca esperar y que la operación de puesta a punto sea lo más leve posible y tengamos de verdad un gobierno que dé los frutos apetecibles, que todos los ciudadanos y ciudadanas estamos esperando.