“Bolivariano” se ha convertido en uno de los insultos preferidos de la derecha contra sus oponentes políticos, como la actual alcaldesa de Madrid. Si recurrimos a la pura semántica, el término “bolivariano” significa simplemente “referente a Simón Bolívar” o seguidor de la doctrina política de quien movilizó las conciencias suramericanas para sacudirse la opresión de la corrupta y decadente monarquía española. Al convertir “bolivariano” en un pretendido dardo verbal queda manifiesta la arrogancia de tono neocolonial contra el actual movimiento de cambio político -recuperador del espíritu del “rebelde proscrito”- en varios países de América Latina que han iniciado un nuevo camino de soberanía, unidad continental, democracia radical y combate a la pobreza. Ante ello, solo decir: ¿bolivariano? Sí, y a mucha honra.