El Obispado de Bilbao no solo se desprende de espacios religiosos por la fórmula de la desacralización. En lo que llevamos de siglo también ha firmado convenios con diferentes entidades para ceder algunos templos y ermitas a otras entidades permitiendo que tengan diferentes usos alejado del culto.
El acuerdo más antiguo se firmó a comienzos del siglo XXI cuando el Obispado cedió a las Juntas Generales de Bizkaia la ermita de Gerediaga, en Abadiño, un lugar simbólico para Bizkaia ya que en este enclave sagrado, dedicado a la advocación de San Salvador y San Clemente, se reunían las Juntas de la Merindad de Durango. Tras la reforma foral acometida durante varios años, desde octubre de 2005 las Juntas Generales utilizan este lugar para celebrar una vez al año un pleno del Parlamento vizcaino.
Otra cesión curiosa es la que el Obispado firmó con la Iglesia Ortodoxa Rumana para que utilizaran los fieles de esta nacionalidad el templo propiedad de la parroquia San Isidro Labrador y San Cristóbal, ubicado en Derio. La cesión, que se renueva anualmente de forma tácita, se firmó en 2006 y la iglesia es usada por estos cristianos ortodoxos los sábados, domingos y festividades de su calendario litúrgico, quedando reservados para la parroquia católica días especiales para los vecinos como son el 13 de junio (San Antonio de Padua), 10 de julio (San Cristóbal), 25 de julio (Santiago Apóstol), 26 de julio (San Joaquín y Santa Ana) y 2 de noviembre (conmemoración de los fieles difuntos).
También tiene cedido el uso de dos ermitas, las de San Pedro, en el municipio de Arratzu, que ahora depende del Ayuntamiento de la localidad, y la de Santimamiñe, perteneciente a la parroquia de Kortezubi. Como se recordará es en este espacio religioso donde, tras su rehabilitación integral, la Diputación Foral de Bizkaia tiene instalado el centro de interpretación de las colindantes cuevas de Santimamiñe, el cual durante todo el año es visitado por turistas dispuestos a conocer lo que dejaron nuestros ancestros. Eso sí, cada 7 de agosto, recordando a San Mamés, el Obispado y los vecinos protagonizan una misa cantada y una romería popular.