¡Ya es hora de que se considere al enfermo psíquico como enfermo y no como delincuente!
El ingreso involuntario de mi hijo, durante una crisis, en un hospital va ligado a la actuación de la ertzaina. Esta reduce con violencia al enfermo que está fuera de sí y entonces los trabajadores de la ambulancia (conductor y ayudante) sacan al enfermo de casa.
Este va maniatado, envuelto en una sábana y andando a la vez que da unos gritos espantosos. La camilla le espera en el portal y así rodeado por curiosos y vecinos le tumban en ella boca abajo. ( el paciente pesa 127 kilos).¿Se imaginan la sensación de ahogo que padece el enfermo?
¿Dónde se ha quedado la confortabilidad, dignidad y confidencialidad a su persona y enfermedad?.
Si fuera el traslado de un enfermo con un dolor agudo en el pecho ¿no habría acudido un médico al domicilio?
¿Por qué ante un enfermo mental no se actúa de igual manera sedando y haciendo que el dolor disminuya para hacer el traslado más confortable y seguro?
¿Por qué con el enfermo mental se actúa con violencia y se le trata como si fuera un malhechor?