De balones y monarquías
¡Qué días nos están dando entre el fútbol y los Borbones! Simplicius como Santa Teresa, vive sin vivir en él y muere porque no muere. ¿Será verdad que la roja nos ha fallado y no volvamos a gozar del sublime espectáculo de aquellos heroicos paladines de España con su marqués al frente, recibiendo el trofeo de campeones mundiales del gol? Empapando la rojigualda que los envolvía con las lágrimas de emoción arrancadas por el himno que glorificaba su maravillosa hazaña chorreaban patriotismo. Un patriotismo brillantemente culminado, cuando a la hora de pagar los impuestos correspondientes a la pasta cobrada por su triunfo, evitaron delicadamente dar demasiado trabajo a los funcionarios de la Hacienda española, pagándolos en la Unión Sudafricana. Los envidiosos de siempre diciendo que porque era más barata. Y ¿qué me dicen de los Borbones, con su "anda Felipe, ponte tú en el trono, que me parece que se está enfriando". España tenía antes dos reyes, ahora va a tener cuatro. Por lo menos servirán para jugar al mus.