Ciñéndome a lo que he vivido del siglo XX y estoy viviendo del XXI he de decir que es una falacia hacer creer al pueblo que el Estado español es un Estado democrático.

Ya en 1936 existía un régimen con un gobierno elegido por los ciudadanos de ese Estado y, gustase o no a algunos, era realmente una democracia, pues lo había elegido el pueblo. Pero hubo un grupo de conspiradores, a los que poco les importó la opinión de la mayoría y se unieron a la mayor escoria de Europa (fascismo italiano y nazismo alemán), junto con un grupo de fanáticos moros (marroquíes), para destruir a la República y sus partidarios. Entre dichos conspiradores se encontraba la derecha española y lo más vergonzoso, gran parte de la Iglesia española, el Ejército y las fuerzas del orden que, en vez de defender al gobierno democráticamente elegido, como corresponde a esas instituciones en cualquier país del mundo, optaron unos por apoyar a los terroristas que causaron aquella cruel e injusta guerra, a la que se atrevió su máximo responsable: Franco, llamarle Cruzada y otros fueron ejecutores directos de los crímenes que se cometieron en aquella horrible situación.

Muerto el dictador fue nombrado presidente del nuevo gobierno: Adolfo Suárez quien hizo la Transición, admitiendo a distintos partidos, ya existentes en la última República, entre ellos y a pesar de las reticencias del Ejército, el Partido Comunista, como candidatos a las consiguientes supuestas elecciones democráticas. Para mí, a pesar de su buena voluntad, cometió varios errores y entre ellos dos muy importantes: no pidió, como presidente del Gobierno español, perdón por las víctimas causadas por esa desgraciada guerra (seguimos así) y sin consulta alguna nos endosó un rey nombrado por Franco.

De entre los viejos partidos de la República llama la atención el PSOE por su comportamiento, ya que siendo supuestamente de ideología izquierdista y habiendo luchado en defensa de ese régimen y más después de sus 3.000 asesinados en Nabarra, sin ni siquiera participar en el golpe, acepta sin más a Juan Carlos como rey y a la rojigualda como su bandera.

No es de extrañar después de esto, todas las mutaciones que se han dado en este partido y así en Euzkadi han pasado de ser de defensores de la autodeterminación a ser centralistas a ultranza. Aparte de esto, se les han ido gentes como Rosa Díez y Pascual Maragall, la primera a lo más ultra de la derecha: UPyD y el segundo a ERC. ¿Qué pasa con ese partido en el que se produce tanto cambio ideológico?

Xabier de Araluze Garai