Escribo estas líneas tan solo para agradecer a la persona que escribió el texto sobre Begoña Lekerika en la sección de Gogoan. Le felicito muy de veras, aunque ojalá nunca lo hubiera tenido que escribir, porque todo lo que allí comenta era Bego, una excelente persona, de la que me honra haber sido su amigo durante más de veinte años.

A ella le debo mi profundo aprecio hacia Euskadi y, cómo no, hacia DEIA, el periódico que leo a diario, aunque tarde, por culpa del correo. Qué pena que nos haya dejado, pero qué huella tan bonita y qué mensajes ha transmitido, sobre todo, a los que la hemos tenido como amiga, y eso sí que ha sido una gran suerte.

Bonitas las fotos, excelente reportaje, dedicado a una persona que amaba la vida y quería a sus amigos, y en el trabajo saludaba con esa voz extraordinaria y simpática que se extendía a quien llamaba a DEIA cada mañana: "DEIA, egun on".