Si quieres que algo pueda ser rechazado, solo tienes que imponerlo.

Y mira que amo el euskera, lo que me sacrifiqué con más de 30 años para poder expresarme en esta lengua aunque sea pixka bat egiteko eta etxetik ibiltzeko. Yo he dejado parte de mi alma en aprender un poco para defenderme y, ahora que resido en Aranda de Duero, hasta hablo conmigo mismo, voy traduciendo las cosas que veo cuando paseo, adibidez: zuhaitz, harri, bidaia, eguzki, ilargi, itzal etabar, ez ahazteko, pero no admito que me lo impongan, ¡eso sí que no!

Tengo muchos conocidos e incluso amigos en la izquierda abertzale que no saben euskera, algunos que pese a intentar aprenderlo apenas hablan cuatro frases y muchos simpatizantes que no saben ni papa. ¿Qué van a hacer, expulsarlos a todos si no lo aprenden? Van a perder unos buenos miles de votos.

No hay cosa que más odie que el Cara al sol y bien que lo aprendí a base de hostias.