Esto se le llama cortina de humo. Gallardón deja contentos a los radicales de derecha y a la Iglesia, cabrea a la sociedad que ni necesitaba una reforma, ni la pedía, y que es un dislate conjugado con la reducción de ayudas a la dependencia. Y las mujeres seguirán abortando cuando haya malformaciones, pues el supuesto del problema para la mujer se mantiene, y que me diga a mí cualquier psicólogo o psiquiatra que mi salud mental no está en peligro con tan desgarradora noticia. Un ruego, los que salen siempre con el síndrome de Down, absténganse un poquito, que se habla de malformaciones, no de Down. Ojalá solo el 50% de las malformaciones permitieran una calidad de vida la mitad de buena que el síndrome Down, ojalá.