Síguenos en redes sociales:

Nosotros, los perros, en respuesta a Patxi

Mi nombre es Lynda. Soy una perrita, como tantos otros de mi especie, sin pedigrí, sin una raza determinada... Como vulgarmente se dice, un siete leches. Mi dueño me ha leído la carta que publicaste en DEIA y me he quedado con la boca más abierta que de costumbre. Puedes tener por seguro que nosotros, los perros, jamás provocaremos las guerras, esas masacres provocadas, por esa especie que denominas vida humana, sociedad etc., en las cuales mueren, entre otros, miles de niños. Nosotros, los perros, jamás seremos responsables de los miles de muertos que los vehículos diariamente causan en las carreteras, por la prepotencia y la mala educación de esa que usted denomina sociedad moderna. Nunca aparcaremos un vehículo en las aceras, pasos de peatones, sitios reservados para minusválidos, ni rayaremos los ascensores, no escupiremos en el suelo, no fumaremos en sitios no permitidos, no robaremos, (ni con armas ni con bolígrafo)... y así hasta el infinito.

Mis dueños, me ha enseñado a no morder, no ladrar y a comportarme bien donde quiera que me encuentre. De hecho, a mí me pueden llevar a cualquier lugar a donde ellos vayan, restaurantes, paseos, reuniones, hoteles... Puedo asegurar que sé comportarme mejor que la mayoría de esos a los que denominas sociedad. O, ¿será zoociedad?

A cambio de esta educación que me han enseñado y que yo cumplo, ellos se encargan de recoger mis excrementos, yo no lo puedo hacer. Espero, Patxi, que leas esta carta pero, por favor, nunca adoptes un perro.